Londres: Museos (Historia Natural y Ciencia) y regreso a casa

La mañana de nuestro último día en Londres la reservé para la promesa que le hice a Jordi en nuestro primer viaje: Volveríamos al Museo de Historia Natural para ver la zona que nos quedó pendiente.

Así que volvimos a cargar todo en las mochilas, puesto que no volveríamos al hotel, y compramos de nuevo el desayuno y el picnic para la comida en el super de la estación.

El museo no abría hasta las 10 y faltaba bastante, así que en vez de ir en metro (un par de paradas) decidimos callejear y descubrimos que la zona era un barrio "adinerado". Solo hay que ver algunos coches que aparcaban por allí.

 Y no fue el único Ferrari que vimos.

Fue un paseo agradable, la zona (creo que formaba parte de Chelsea, por los carteles) está cuidada y sus casas son pintorescas.

Incluso encontramos algún pequeño rincón con pinta de histórico. Y es que esta arcada en medio de las casas nos recuerda a la que nos mostraron en el tour de Jack el Destripador. ¿Será otro resto de la Londres antigua?

Llegamos unos 15 minutos antes de la hora de apertura al museo y ya había cola, pero una vez que abrieron puertas no tardamos en entrar.

Había olvidado el control de la entrada y por un momento pensé que quizás podrían ponernos pegas al llevar neceser y todo en la mochila, pero solo nos preguntaron si teníamos cuchillos o similares y p'adentro.

Para no cargar con la mochila la dejamos en el guardarropas, donde te la pesan y te cobran en función de ello. Por un bulto de entre 3 y 9 kg te cobran 3 libras.

En el museo también hay fuentes de agua, baños, wifi, zona de picnic, bar (recordad que suelen ser caros)... vamos todo lo necesario para pasar un buen día sin tener que salir de ahí.

Tras quitarnos el peso de encima fuimos directos a la zona que nos quedó pendiente y que tiene una entrada muy llamativa.

Ese día tocó pasearse por la formación de la tierra y la galaxia, volcanes, terremotos... Me llamó la atención un rincón donde han recreado el terremoto de Kobe en la maqueta de un supermercado.

Aprovechamos para recorrer también otras zona ya visitadas, por encima, y descubrir pequeñas salas que pasamos por alto la primera vez (salas de minerales raros, exposición sobre insectos...). Es un museo enorme y realmente da para varios días. 

Es genial que las escuelas dispongan de museos así para poder ir mostrando los diferentes temas de ciencias a los alumnos. Veréis muchas escolares, carpeta en mano, estudiando el tema de turno.

Al mediodía comimos nuestros sandwiches y decidimos que ya podíamos dar por visto el museo. Como aún nos quedaba un poco de tiempo antes de ir al aeropuerto optamos por acercarnos al Museo de la Ciencia y ver que tal es.

Está al lado del de Historia Natural (saliendo por la zona del planeta tierra) y también es gratis.

Y cual fue nuestra sorpresa al descubrir otro mega museo muy interactivo. 

Exposiciones sobre la evolución tecnológica (transportes, ordenadores...), zonas donde comprobar leyes de la física, etc. Vamos lo que antaño era el "Museu de la ciencia" en Barcelona pero mucho mas grande. (Perdonad lo de antaño, pero quienes vimos el antiguo Museu de la ciencia y la mierda del CosmoCaixa actual sabemos que no es lo mismo)

Aquí Jordi se mezclaba entre los niños mientras yo esperaba sentada con los papis jeje Y es que le encantan este tipo de museos.

Por desgracia solo teníamos 1:30h y lo vimos por encima. Al salir, de nuevo esa pregunta de Jordi intentando arrancar una promesa: ¿Volveremos, verdad? jeje

Llegaba ese momento que tanto cuesta aceptar cuando uno está disfrutando del viaje: De vuelta al Stansted Express. Llegamos con tiempo de sobra al aeropuerto ¡y menos mal! 

No sabemos porque pero había una cola impresionante para pasar los controles y gente muy nerviosa por ir con el tiempo justo.

El vuelo tranquilo y puntual.

Y al llegar a casa, un no parar de relatar nuestras aventuras a la familia y amigos que ya les ha quedado claro que ¡Londres nos tiene enganchados! 

¡¡See You London!!