El día iba a ser largo así que madrugamos para despedirnos de Las Vegas haciéndonos la foto de rigor en la mítica señal de "Welcome to...".
¿El día de la partida? Lo se, suena raro... pero al mirar en el Street View nos dimos cuenta que para ir a la señal hay un mini parking en medio del Strip ¡Al que solo se puede acceder en dirección salida de la ciudad! ¿Alguien lo entiende? ¿Lo normal no sería acceder desde el carril de entrada?
Bueno, como el día de llegada no quisimos dar vueltas con el coche, lo dejamos para el final y fue un acierto porque a esas horas no había nadie por allí.
Pues nada, tras un "Welcome" que resultó ser un "Bye Bye", volvimos al panorama desértico de las carreteras interminables, con un calor considerable, rumbo a la famosa Presa Hoover.
Esta presa fue construida en 1935 y, por aquel entonces, era la mas grande del mundo.
Los cinéfilos la reconocerán porque ha aparecido en diversas películas y en algunas de ellas acaba hecha pedazos. ¿Será por el morbo de llevarse por delante parte de la electricidad de 3 estados y dejar sin agua potable a Las Vegas?
Entre ellas, nos quedamos con Superman y Transformers (es la base donde guardan a Megatron), aunque recientemente se puede ver en "San Andrés".
Poco antes de llegar a la presa pasamos por un control militar y un poco después llegamos a la zona del centro de visitantes donde hay parking de pago. Como sabíamos que pasada la presa hay varias zonas donde no se paga decidimos seguir adelante. Y la verdad, a esas horas no tuvimos problemas para aparcar casi al lado y poder acercarnos a pasear por ella.
A parte de en el centro de visitantes, a lo largo de la presa también hay baños y fuentes de agua. No esperábamos que estuviera tan preparado el lugar para las visitas, mas allá de los tours que organizan.
Tras admirar sus dimensiones y hacer algunas fotos decidimos volver al horno en que se estaba convirtiendo "Chevi" para encarar nuestro paso por la Ruta 66.
La que es, sin lugar a dudas, la ruta mas famosa de los USA va desde Chicago a Los Angeles y tuvo su época dorada allá por los años 30. Sin embargo, perdió su influencia tras la construcción de las autovías interestatales, dejando a los pueblos por los que pasaba y que vivían del tráfico que circulaba por ella (gasolineras, restaurantes, moteles, etc.) tocados económicamente.
Hoy en día, no obstante, la ruta está viviendo una segunda juventud y se ha vuelto una ruta "clásica" que mucha gente desea realizar. Gracias a ello, encontramos pueblos que se han transformado en pequeños museos, acumulando objetos de épocas pasadas para atraer así al turismo.
Hay que aclarar que gran parte de la ruta ya no existe como tal, pues fue transformada en otras carreteras o incluso se remodeló y pasó a ser la interestatal, así que no todo son tramos originales sin alterar.
Del tramo que íbamos a recorrer, parte de la carretera no es la original, como por ejemplo unos kilómetros de la I40.
En esta zona, uno de los pueblos mas famosos es Kingman, pero decidimos hacer un pequeño desvío para conocer Chloride, una aldea diminuta, con aspecto de abandono, que también conserva objetos de la ruta.
Estuvimos rondando un poco por la calle antes de dirigirnos a la "tienda/museo" que suelen tener todos estos pueblos. Pero antes de entrar Jordi, que había estado observando a otra pareja de turistas, cambió de decisión y me indicó que siguiéramos paseando.
Lo que pasó fue que vio como el hombre de la tienda les insistía en una colaboración/donativo para conservar el pueblo. Bien, no estamos en contra de eso, pero sí de la insistencia/chantaje emocional aprovechando el que te empiezan a explicar detalles de la zona, etc.
Si quieres que sea de pago lo pones y decidiremos. Y si no, pon una urna con un cartelito de "se aceptan donativos" pero no presiones... A nosotros eso nos causa el efecto contrario, pierdes nuestro donativo y nos vamos a otro lado mas tranquilo.
Pues nada, tras un rato de paseo regresamos al coche y seguimos rumbo a Kingman, una localidad bastante grande (para los estándares de la zona) donde pudimos ver la locomotora de vapor Santa Fe.
Me impactó mucho su visión y es que, a pesar de las fotos que había visto, no me la imaginaba tan grande.
Justo en frente se encuentra el Diner Mr D'Z con un Cadillac azul a la entrada. Este local es famoso por su comida pero, por desgracia, todavía era temprano. Así que tras ver un poco el centro de visitantes, decidimos seguir la ruta.
En Kingman también hay un par de museos, pero no teníamos claro el visitarlos y de repente empezó a levantarse mucho viento y venirse encima un temporal, así que optamos por seguir para ver si conseguíamos dejarlo atrás.
Desde Kingman se puede seguir la I40 hasta Seligman, un pueblo de la ruta 66 muy pintoresco. Esta es la vía rápida, pero optamos por tardar un poco mas y desviarnos por un tramo de la auténtica ruta 66 que también une ambas poblaciones.
Nos gustó mucho conducir por esa carretera, muy tranquila, sin apenas coches y donde pudimos parar en varios puntos para hacer fotos y visitar un par de lugares, siempre con la lluvia acechando a ratos.
Una de las paradas fue para ver el visitor center de Hackberry, otra tienda/museo con restos de gasolineras antiguas, coches, etc.
A diferencia de Chloride aquí pudimos ver todo con calma, a nuestro aire y nos gustó mucho.
Ahora sí, con la lluvia encima, seguimos pasando por la población de Peach Springs. Se supone que en ella se basaron para hacer el pueblo de Radiator Springs en Cars, pero cualquier parecido... de hecho no hay nada que haga referencia a ello.
Sin embargo, mas adelante hay un lugar llamado "Grand Canyon Caverns" que tiene una gasolinera simulando "Radiator Springs". Tampoco es que sea gran cosa y el "tuneado" de los coches deja algo que desear, pero es gracioso y no lleva nada de tiempo pararse.
Por último, llegamos a Seligman. Para nosotros una de las poblaciones mas pintorescas pero que no pudimos disfrutar por culpa del temporal.
Aparcamos al lado del Cafe Delgadillo, todo un referente de la zona por su colección de coches (que por cierto, se parecían mas a los de cars jeje) y sus burritos.
Y justo ahí es donde decidimos comer, tuvimos que hacerlo fuera porque no tiene sala interior, pero pudimos resguardarnos bien y solo diré que ¡los burritos estaban de vicio! (La comida nos costó 10$).
No hay que perderse los carteles que tiene por el café y los baños (unas cabañas en el exterior) porque el tío tiene mucho humor y te partes leyéndolos o intentando analizarlos.
Justo al lado, su hermano tiene una antigua barbería/museo. Fue cuanto pudimos visitar de Seligman, por desgracia. El temporal se hizo muy fuerte y apenas podíamos caminar a causa del viento, al que teníamos que sumarle la lluvia. Así que optamos por seguir hasta el último pueblo de nuestra ruta del día: Williams.
Esta zona de Arizona cambió el paisaje árido, que nos venía acompañando desde Nevada, por el verde de los bosques, las granjas con caballos... Nos resultó muy agradable el cambio de vistas.
Williams es una localidad al estilo Far West, con muchos moteles puesto que está cerca de la entrada al Grand Canyon (a una hora mas o menos).
Este pueblo también nos gustó mucho, tanto por el aspecto del viejo oeste como por el entorno. Pero, aunque el viento había parado, aquí la lluvia pasó a ser aguanieve y nos empezó a calar mucho el frío.
Aún así, pudimos dar una vuelta aunque no hicimos muchas fotos para no exponer mucho la cámara a las inclemencias meteorológicas.
Encaramos la última parte del día algo preocupados por la climatología. No sabíamos si podríamos disfrutar, al día siguiente, del Grand Canyon sin lluvia y tampoco si podríamos volar en el helicóptero.
Como el aeródromo está en Tuyasan, la población que da entrada al parque, decidimos parar a confirmar la reserva y preguntar. La respuesta no fue muy alentadora, ese día habían suspendido los vuelos y para el siguiente no podían asegurar que mejorara...
Así que nada, tocaba cruzar los dedos y esperar que Murphy no apareciera al día siguiente.
Para entrar al parque pasamos por las casetas de los rangers, donde nos hicimos con el Pase Anual y con un mapa donde te indican las rutas de los diferentes buses que recorren el borde del cañón.
Según avanzábamos hacia la zona del alojamiento la lluvia se fue calmando y nos dio esperanzas de poder disfrutar un poco del paisaje, así que al llegar al alojamiento, hicimos rápido el check-in, dejamos las cosas en la habitación (¡En la que por cierto, se estaba muy calentito! Con la rasca que pegaba afuera...) y salimos por la parte trasera del Lodge.
¿Y que te encuentras al salir? Sencillamente... algo impresionante.
Realmente merece mucho la pena dormir dentro del parque y poder gozar de estas vistas. Y por si fuera poco, descubrimos un par de ciervos comiendo tranquilamente a unos pocos metros de la gente.
Empezaba a acercarse el anochecer y, como no llovía, decidimos acercarnos a uno de los "view points" para ver si podíamos disfrutar un poco de la puesta de sol, a pesar de las nubes, y de paso ver otras vistas del cañón.
Escogimos el Hopi Point, uno de los puntos recomendados para ver la puesta de sol. Para ir hasta él cogimos el bus, línea roja, al lado de nuestro hotel.
Hay zonas del parque a las que solo se puede acceder en bus (o caminando, pero son trekkings de varias horas). Por suerte, estos buses son gratuitos. Hay que fijarse porque no todas las paradas son de ida y vuelta. En algunas solo para el bus a la ida y para regresar hay que caminar hasta una que esté indicada como tal.
Durante el día, Hopi Point solo es de ida, pero al anochecer el bus también para a la vuelta para recoger a todos los que han ido a ver la puesta de sol, así que no tuvimos que desplazarnos hasta otra parada.
Las vistas del cañón seguían siendo realmente espectaculares, a pesar que la puesta de sol se vio mitigada por la niebla y las nubes que recorrían rápidamente la zona.
Aún así, pudimos hacer fotos curiosas como la del doble arco iris, que por un momento hizo que los fotógrafos se olvidaran de la inmensidad que tenían en frente.
Un rato después de caer el sol llegó el bus para recogernos. No podíamos perderlo a menos que quisiéramos volver a pie (opción de gente que iba en plan trekking), así que regresamos a la zona de los alojamientos y paseamos por el borde pero esta vez a oscuras.
Apenas se veía el cañón pero sabíamos que estaba ahí... y eso es un gran sensación.
Para cenar cambiamos los planes que teníamos inicialmente. La idea original era ir a Tuyasan porque allí hay mas restaurantes y diversas franquicias de fast food. Pero, al estar la velocidad dentro del parque muy reducida (para evitar atropellos a animales), el trayecto se alargaba hasta los 20 minutos, así que decidimos quedarnos al resguardo del calorcito del Lodge y cenar allí.
Obviamente, hay pocos restaurantes y son algo mas caros, pero cenamos bien. Agua, una burger y un salisbury steak, muy bueno, nos salió por 25$.
Y antes de ir a dormir tocaba tomar una decisión importante: ¿Madrugábamos al día siguiente para ver la salida de sol o no?
Dicen que ver salir el sol desde Yaki Point es una pasada, pero según las noticias la lluvia y el temporal nos acompañaría unos cuantos días mas, o sea que era muy probable que las nubes no dejaran ver nada.
Así que nada, decidimos que levantarse a las 4 am para no poder disfrutar la salida del sol en condiciones pues no valía la pena, mejor descansar un poco mas para aguantar bien el resto día.
¿Habríamos acertado?
Relatos de otros viajeros #postamigo
Touristear-Gran Cañon del Colorado, una visita Imprescindible!
¿El día de la partida? Lo se, suena raro... pero al mirar en el Street View nos dimos cuenta que para ir a la señal hay un mini parking en medio del Strip ¡Al que solo se puede acceder en dirección salida de la ciudad! ¿Alguien lo entiende? ¿Lo normal no sería acceder desde el carril de entrada?
Bueno, como el día de llegada no quisimos dar vueltas con el coche, lo dejamos para el final y fue un acierto porque a esas horas no había nadie por allí.
Pues nada, tras un "Welcome" que resultó ser un "Bye Bye", volvimos al panorama desértico de las carreteras interminables, con un calor considerable, rumbo a la famosa Presa Hoover.
Esta presa fue construida en 1935 y, por aquel entonces, era la mas grande del mundo.
Los cinéfilos la reconocerán porque ha aparecido en diversas películas y en algunas de ellas acaba hecha pedazos. ¿Será por el morbo de llevarse por delante parte de la electricidad de 3 estados y dejar sin agua potable a Las Vegas?
Entre ellas, nos quedamos con Superman y Transformers (es la base donde guardan a Megatron), aunque recientemente se puede ver en "San Andrés".
Poco antes de llegar a la presa pasamos por un control militar y un poco después llegamos a la zona del centro de visitantes donde hay parking de pago. Como sabíamos que pasada la presa hay varias zonas donde no se paga decidimos seguir adelante. Y la verdad, a esas horas no tuvimos problemas para aparcar casi al lado y poder acercarnos a pasear por ella.
A parte de en el centro de visitantes, a lo largo de la presa también hay baños y fuentes de agua. No esperábamos que estuviera tan preparado el lugar para las visitas, mas allá de los tours que organizan.
Tras admirar sus dimensiones y hacer algunas fotos decidimos volver al horno en que se estaba convirtiendo "Chevi" para encarar nuestro paso por la Ruta 66.
La que es, sin lugar a dudas, la ruta mas famosa de los USA va desde Chicago a Los Angeles y tuvo su época dorada allá por los años 30. Sin embargo, perdió su influencia tras la construcción de las autovías interestatales, dejando a los pueblos por los que pasaba y que vivían del tráfico que circulaba por ella (gasolineras, restaurantes, moteles, etc.) tocados económicamente.
Hoy en día, no obstante, la ruta está viviendo una segunda juventud y se ha vuelto una ruta "clásica" que mucha gente desea realizar. Gracias a ello, encontramos pueblos que se han transformado en pequeños museos, acumulando objetos de épocas pasadas para atraer así al turismo.
Hay que aclarar que gran parte de la ruta ya no existe como tal, pues fue transformada en otras carreteras o incluso se remodeló y pasó a ser la interestatal, así que no todo son tramos originales sin alterar.
Del tramo que íbamos a recorrer, parte de la carretera no es la original, como por ejemplo unos kilómetros de la I40.
En esta zona, uno de los pueblos mas famosos es Kingman, pero decidimos hacer un pequeño desvío para conocer Chloride, una aldea diminuta, con aspecto de abandono, que también conserva objetos de la ruta.
Estuvimos rondando un poco por la calle antes de dirigirnos a la "tienda/museo" que suelen tener todos estos pueblos. Pero antes de entrar Jordi, que había estado observando a otra pareja de turistas, cambió de decisión y me indicó que siguiéramos paseando.
Lo que pasó fue que vio como el hombre de la tienda les insistía en una colaboración/donativo para conservar el pueblo. Bien, no estamos en contra de eso, pero sí de la insistencia/chantaje emocional aprovechando el que te empiezan a explicar detalles de la zona, etc.
Si quieres que sea de pago lo pones y decidiremos. Y si no, pon una urna con un cartelito de "se aceptan donativos" pero no presiones... A nosotros eso nos causa el efecto contrario, pierdes nuestro donativo y nos vamos a otro lado mas tranquilo.
Pues nada, tras un rato de paseo regresamos al coche y seguimos rumbo a Kingman, una localidad bastante grande (para los estándares de la zona) donde pudimos ver la locomotora de vapor Santa Fe.
Me impactó mucho su visión y es que, a pesar de las fotos que había visto, no me la imaginaba tan grande.
Justo en frente se encuentra el Diner Mr D'Z con un Cadillac azul a la entrada. Este local es famoso por su comida pero, por desgracia, todavía era temprano. Así que tras ver un poco el centro de visitantes, decidimos seguir la ruta.
En Kingman también hay un par de museos, pero no teníamos claro el visitarlos y de repente empezó a levantarse mucho viento y venirse encima un temporal, así que optamos por seguir para ver si conseguíamos dejarlo atrás.
Desde Kingman se puede seguir la I40 hasta Seligman, un pueblo de la ruta 66 muy pintoresco. Esta es la vía rápida, pero optamos por tardar un poco mas y desviarnos por un tramo de la auténtica ruta 66 que también une ambas poblaciones.
Nos gustó mucho conducir por esa carretera, muy tranquila, sin apenas coches y donde pudimos parar en varios puntos para hacer fotos y visitar un par de lugares, siempre con la lluvia acechando a ratos.
Una de las paradas fue para ver el visitor center de Hackberry, otra tienda/museo con restos de gasolineras antiguas, coches, etc.
A diferencia de Chloride aquí pudimos ver todo con calma, a nuestro aire y nos gustó mucho.
Ahora sí, con la lluvia encima, seguimos pasando por la población de Peach Springs. Se supone que en ella se basaron para hacer el pueblo de Radiator Springs en Cars, pero cualquier parecido... de hecho no hay nada que haga referencia a ello.
Sin embargo, mas adelante hay un lugar llamado "Grand Canyon Caverns" que tiene una gasolinera simulando "Radiator Springs". Tampoco es que sea gran cosa y el "tuneado" de los coches deja algo que desear, pero es gracioso y no lleva nada de tiempo pararse.
Por último, llegamos a Seligman. Para nosotros una de las poblaciones mas pintorescas pero que no pudimos disfrutar por culpa del temporal.
Aparcamos al lado del Cafe Delgadillo, todo un referente de la zona por su colección de coches (que por cierto, se parecían mas a los de cars jeje) y sus burritos.
Y justo ahí es donde decidimos comer, tuvimos que hacerlo fuera porque no tiene sala interior, pero pudimos resguardarnos bien y solo diré que ¡los burritos estaban de vicio! (La comida nos costó 10$).
No hay que perderse los carteles que tiene por el café y los baños (unas cabañas en el exterior) porque el tío tiene mucho humor y te partes leyéndolos o intentando analizarlos.
Justo al lado, su hermano tiene una antigua barbería/museo. Fue cuanto pudimos visitar de Seligman, por desgracia. El temporal se hizo muy fuerte y apenas podíamos caminar a causa del viento, al que teníamos que sumarle la lluvia. Así que optamos por seguir hasta el último pueblo de nuestra ruta del día: Williams.
Esta zona de Arizona cambió el paisaje árido, que nos venía acompañando desde Nevada, por el verde de los bosques, las granjas con caballos... Nos resultó muy agradable el cambio de vistas.
Williams es una localidad al estilo Far West, con muchos moteles puesto que está cerca de la entrada al Grand Canyon (a una hora mas o menos).
Este pueblo también nos gustó mucho, tanto por el aspecto del viejo oeste como por el entorno. Pero, aunque el viento había parado, aquí la lluvia pasó a ser aguanieve y nos empezó a calar mucho el frío.
Aún así, pudimos dar una vuelta aunque no hicimos muchas fotos para no exponer mucho la cámara a las inclemencias meteorológicas.
Encaramos la última parte del día algo preocupados por la climatología. No sabíamos si podríamos disfrutar, al día siguiente, del Grand Canyon sin lluvia y tampoco si podríamos volar en el helicóptero.
Como el aeródromo está en Tuyasan, la población que da entrada al parque, decidimos parar a confirmar la reserva y preguntar. La respuesta no fue muy alentadora, ese día habían suspendido los vuelos y para el siguiente no podían asegurar que mejorara...
Así que nada, tocaba cruzar los dedos y esperar que Murphy no apareciera al día siguiente.
Para entrar al parque pasamos por las casetas de los rangers, donde nos hicimos con el Pase Anual y con un mapa donde te indican las rutas de los diferentes buses que recorren el borde del cañón.
Según avanzábamos hacia la zona del alojamiento la lluvia se fue calmando y nos dio esperanzas de poder disfrutar un poco del paisaje, así que al llegar al alojamiento, hicimos rápido el check-in, dejamos las cosas en la habitación (¡En la que por cierto, se estaba muy calentito! Con la rasca que pegaba afuera...) y salimos por la parte trasera del Lodge.
¿Y que te encuentras al salir? Sencillamente... algo impresionante.
Realmente merece mucho la pena dormir dentro del parque y poder gozar de estas vistas. Y por si fuera poco, descubrimos un par de ciervos comiendo tranquilamente a unos pocos metros de la gente.
Empezaba a acercarse el anochecer y, como no llovía, decidimos acercarnos a uno de los "view points" para ver si podíamos disfrutar un poco de la puesta de sol, a pesar de las nubes, y de paso ver otras vistas del cañón.
Escogimos el Hopi Point, uno de los puntos recomendados para ver la puesta de sol. Para ir hasta él cogimos el bus, línea roja, al lado de nuestro hotel.
Hay zonas del parque a las que solo se puede acceder en bus (o caminando, pero son trekkings de varias horas). Por suerte, estos buses son gratuitos. Hay que fijarse porque no todas las paradas son de ida y vuelta. En algunas solo para el bus a la ida y para regresar hay que caminar hasta una que esté indicada como tal.
Durante el día, Hopi Point solo es de ida, pero al anochecer el bus también para a la vuelta para recoger a todos los que han ido a ver la puesta de sol, así que no tuvimos que desplazarnos hasta otra parada.
Las vistas del cañón seguían siendo realmente espectaculares, a pesar que la puesta de sol se vio mitigada por la niebla y las nubes que recorrían rápidamente la zona.
Aún así, pudimos hacer fotos curiosas como la del doble arco iris, que por un momento hizo que los fotógrafos se olvidaran de la inmensidad que tenían en frente.
Un rato después de caer el sol llegó el bus para recogernos. No podíamos perderlo a menos que quisiéramos volver a pie (opción de gente que iba en plan trekking), así que regresamos a la zona de los alojamientos y paseamos por el borde pero esta vez a oscuras.
Apenas se veía el cañón pero sabíamos que estaba ahí... y eso es un gran sensación.
Para cenar cambiamos los planes que teníamos inicialmente. La idea original era ir a Tuyasan porque allí hay mas restaurantes y diversas franquicias de fast food. Pero, al estar la velocidad dentro del parque muy reducida (para evitar atropellos a animales), el trayecto se alargaba hasta los 20 minutos, así que decidimos quedarnos al resguardo del calorcito del Lodge y cenar allí.
Obviamente, hay pocos restaurantes y son algo mas caros, pero cenamos bien. Agua, una burger y un salisbury steak, muy bueno, nos salió por 25$.
Y antes de ir a dormir tocaba tomar una decisión importante: ¿Madrugábamos al día siguiente para ver la salida de sol o no?
Dicen que ver salir el sol desde Yaki Point es una pasada, pero según las noticias la lluvia y el temporal nos acompañaría unos cuantos días mas, o sea que era muy probable que las nubes no dejaran ver nada.
Así que nada, decidimos que levantarse a las 4 am para no poder disfrutar la salida del sol en condiciones pues no valía la pena, mejor descansar un poco mas para aguantar bien el resto día.
¿Habríamos acertado?
Relatos de otros viajeros #postamigo
Touristear-Gran Cañon del Colorado, una visita Imprescindible!
A nosotros se nos quedó atrás la presa porque fuimos a GC por otra ruta, me hacía ilusión verla, pero para la próxima!!! Estupenda entrada como siempre!!!
ResponderEliminarA Jordi le hacía ilusión verla, y encima con lo de las pelis...parada obligatoria jaja
EliminarMuchas gracias por leernos y comentar!
Vero, de verdad, me encanta !!! es que me recuerda tanto a mi primer gran viaje... Magnífica etapa, bueno como todas !! Enhorabuena !!!
ResponderEliminarMuchas gracias!!! me alegra traer buenos recuerdos ^_^
EliminarA mi la presa Hoover me decepcionó bastante, la ruta 66 es una frikada, pero mola, jaja. Y el Gran Cañón...qué voy a decir yo que casi me pongo a llorar cuando lo vi por primera vez desde el helicóptero. Es un sitio al que sé que tengo que volver algún día.
ResponderEliminarSabía de gente que la presa no les acabó de convencer, pero para Jordi era un Si, y total...venía de camino. AL final la verdad es que nos gustó, aunque no deja de ser una presa claro. Pero si que nos pareció grande.
EliminarEl GC impresiona...vale que el nombre lo dice pero no deja de fascinar cuando lo ves. ^_^